Preparación: 15 min
Cocción: 45 min
Raciones: 12
Raciones: 12
Ingredientes
Para la base:
- Un paquete de galletas maria (o digestive)
- 85 gr de mantequilla
- 900 gr de queso crema, tipo philadelphia
- 200 ml de crème fraîche (o yogur griego)
- 250 gr de azúcar
- 3 huevos
- Zumo de medio limón
- 3 cucharadas soperas de harina de repostería
- Una pizca de vainilla
Para la realizacion de este dulce o postre comenzamos preparando la base.
Para ello, trituramos las galletas con ayuda de un robot de cocina, o
metiéndolas dentro de una bolsa y golpeándolas con un rodillo, hasta obtener un
polvo de galleta fino.
Derretimos la mantequilla y mezclamos
con la galleta en polvo (debe quedar como arena mojada). Cubrimos la base de un
molde desmontable de 20 a 24 cm con papel de hornear, distribuimos encima la
masa de galleta, presionando bien, e introducimos en el congelador mientras
preparamos el relleno de nuestra tarta de queso.
Batimos el queso crema con unas
varillas, añadimos el azúcar, la crème fraîche (o el yogur), la vainilla, el
limón y la harina, hasta obtener una pasta lisa. Añadimos a continuación los
huevos de uno en uno, pero sin batir mucho, lo justo para que se incorporen
pero no coja mucho aire la masa. Ponemos la mezcla de queso sobre la base de
galletas que habíamos preparado previamente.
Introducimos nuestra tarta de
queso en el horno, y horneamos 10 minutos a 200 º C. Posteriormente bajamos la
temperatura a 90 º C y horneamos durante 30 minutos más. El interior de la
tarta, al moverlo, parecerá un flan.
Una vez pasado este tiempo,
dejamos la tarta de queso en el horno apagado varias horas. Una vez a
temperatura ambiente la tarta, la llevamos al frigorífico hasta que esté
totalmente fría (lo mejor es preparar la tarta de un día para otro).
Por último preparamos la salsa de
frambuesa. Hidratamos la hoja de gelatina en un vaso de agua fría durante 5
minutos.
En un caso aparte, calentamos las
frambuesas lavadas con el zumo de limón y el azúcar, y removemos
constantemente, triturando al mismo tiempo las frambuesas.
Si os molestan las pepitas podéis
colar la salsa de frambuesa antes del siguiente paso.
Cuando la salsa de frambuesa esté
bien caliente, y triturada a nuestro gusto, incorporamos la gelatina bien
escurrida a esta mezcla, removiendo hasta que se disuelva totalmente.
Distribuimos la salsa de
frambuesa sobre la tarta y se metemos de nuevo en la nevera hasta que vayamos a
consumirla.
Notas
No batir demasiado la mezcla del
relleno, ya que entonces coge mucho aire y eso hace que la tarta se hinche y se
rompa, además de hacerse más quebradiza
También es importante dejar
enfriar en el horno y no abrir la puerta en ningún momento, porque si no el
centro de la tarta se hunde.
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